Aproximación histórica del origen de la advocación de la Virgen del Cortijo en nuestro barrio

Nuestra Parroquia que lleva el nombre de “Virgen del Cortijo” debe tal denominación a que la misma, al igual que las viviendas, fue construida en una extensa finca dedicada a la agricultura conocida con el nombre de Virgen del Cortijo.

Después de múltiples consultas y visitas a personas que vivieron en la zona, sólo hemos podido saber que urbanísticamente éste barrio pertenece a Hortaleza, y debemos trasladarnos a mediados del siglo XX.

En dicha finca, existía un caserón donde vivían los guardeses encargados de la labranza. En una habitación del caserón, se hallaba expuesta una foto, deteriorada por el paso del tiempo y ubicada en una mesa con mantel y con una vela a cada lado de la imagen de la Virgen.

virgenMurilloDeRioLeza

La fotografía de la Virgen corresponde a la imagen de la talla que se encuentra en Murillo del Río Leza, no a la de Soto de Cameros que es la que tenemos en el templo de nuestra Parroquia.

Conocida por los vecinos, la imagen que estaba expuesta en dicha habitación, solían acudir con devoción a venerar y rezar a la Virgen, con autorización de sus moradores, dada la condición de vivienda privada. La llamada se extendió y la afluencia creció, los fieles vecinos decían: <<vamos a rezar a la Virgen del Cortijo>>, pues ya era de todos conocido sus continuos milagros. Lo que no hemos podido saber es, si la fotografía de la imagen la trajo un murillense o un camero; pero lo que sí sabemos es, que ninguno de éstos abandonaba su pueblo, sin una imagen de su Virgen en el equipaje.

Milagros de Nuestra Señora Virgen del Cortijo

Del libro Episodios Históricos de Soto de Cameros, escrito por Silverio Domínguez, editado y publicado en Logroño el 10 de Julio de 1888. El libro fue escrito por inicia va del Dr. Rufino García, Arcipreste de Camero Viejo, cura párroco de la Villa de Soto de Cameros con el fin de propagar la veneración de nuestra Virgen del Cortijo y mantener viva la fe y el recuerdo de nuestra querida Cortijana.

José González Torecilla

Este hombre, hijo de humilde familia, nacido en Soto de Cameros tenía carácter de aventurero y un fervoroso culto por la Virgen del Cortijo que había nacido a la sombra del Santuario. Gran aficionado a los toros, llegó a Madrid y consiguió la ocupación de arrastrador, con aspiraciones de llegar a matador. Un día, en el desempeño de sus funciones, salió un toro del improvisado corral galopando a gran velocidad y fijó su mirada en José, con la intención de cornearle. El atronador griterío alarmó a José, quien al ver la inminente cogida, se encomendó de corazón a su querida Virgen del Cortijo con estas palabras: <<la Virgen del Cortijo me valga>>. El toro se quedó enclavado, en ademán de embestir, hasta que el arrastrador salió ileso de la plaza. Pidió un voto y recolectó algún dinero para encargar un cuadro del momento, mandando el cuadro a la Ermita donde se encuentra en la actualidad.

joseGonzalez

[Foto cedida por Elvira Garrido García, ermitaña de Nuestra Señora del Cortijo de Soto en Cameros]

Curación milagrosa de don Inocente Romero

Ilustre soteño, gran teólogo visitador de Calahorra, cargo de relevante jerarquía. Enfermó gravemente, y cuando sonaban las campanas de la Virgen, lo que antes significaba una reverencia y salutación, ahora le hacía sufrir una conmoción en todo su cuerpo. Su familia, en casa, puso colchones en las paredes, pues se golpeaba contra ellas cuando sonaba la campana. Los vecinos huían de su presencia y a todos inspiraba lástima; pensaban que estaba endemoniado. Un acontecimiento memorable vino a curarle, instantáneamente, de la manera más milagrosa. Sobrevino una tenaz sequía y decidieron sacar a la “Virgen del Cortijo” de su casa, en procesión, para pedirle agua. Don Inocente seguía en su estado de perturbación. Entonces, sonó el volteo de las campanas de la Ermita y al iniciarse la procesión Don inocente empezó a temblar y su hermano pidió a la Virgen Reina que le devolviera la razón a su hermano.

La procesión mientras tanto descendía en medio de los clamores que pedían: ¡Agua, Virgen Santa, …agua! Don Inocente, al oír el coro, prorrumpió en sollozos estentóreamente: ¡Virgen soberana del Cortijo!…. ¡Madre mía, Santísima, Bendita eres!… Intentó lanzarse desde el balcón. Su hermano pudo asirlo por las piernas evitando una desgracia. Don Inocente, besaba las manos de todos y pedía suplicante ver a la Virgen, a quien daba gracias por el restablecimiento de su razón, se unió a la procesión. En acción de gracias, celebró una solemnísima novena, a la que acudió todo el pueblo. Vuelto al uso de su razón se constituyó en Capellán de la Ermita y allí permaneció hasta que el prelado ordenó su traslado a la ciudad de Calahorra para desempeñar una misión importante. ¡Dios te salve Reina del Cielo!

Otros milagros: la niña Ambrosía

Se le atribuyen diversos milagros, como el de una niña aquejada de raquitismo que no podía apenas caminar y tenía que ir en brazos de su padre hasta la Ermita donde prosternada delante de la imagen permanecía medio estática en ferviente ruego hasta que terminada la oración retornaba de nuevo en los brazos de su padre. El día sexto de la novena se produjo el milagro; antes de que los padres de Ambrosia se levantaran del suelo después del rezo para salir del Santuario, la niña, como movida por un resorte misterioso, se enderezó con firmeza, y comenzó a caminar sin auxilio de sus padres ni de sus muletas y sin siquiera claudicar lo más mínimo. Gozosa exclamaba: ¡…Virgen San sima del Cortijo, gracias!…Virgen.

Cólera de 1855

Otro de sus milagros fue el del Cólera de 1855. Año de luto y ruina para España. El pueblo de Soto era castigado sin piedad; la terrible sequía cortaba vidas y más vidas. Las andas y ataúdes salían de todas las casas, y el triste tañido de las campanas no cesaba un momento, doblando sin parar por los que pasaban a mejor vida. Se creía que la sequía tenaz era el enemigo mortal, y con insistencia se pedía agua en todos los tonos para matar las densas nubes portadoras del contagio. A la aparición de la Virgen, en el pórtico del Santuario, un gran griterío hendía el espacio, lágrimas en los ojos, esperanza en las almas, de rodillas pidiendo a grandes gritos para que cesara la epidemia.

La Virgen, en sus doradas andas, cual trono celestial, presentaba su risueño semblante como dando a entender que se alegrasen con ella porque la epidemia iba a terminar en breve. La procesión dio inicio; un grupo de penitentes descalzos abría el paso; luego en largas filas y con cirios encendidos con gritos que clamaban de rodillas delante de la imagen: ¡Perdón, Madre!…Misericordia, Virgen Santa! La Virgen penetraba en el pórtico, en medio del clamor general, cuando vino a interrumpir las preces, el ronco rumor del primer trueno. Entonces, los vivas a la Virgen, atronaban el espacio; al entrar la Virgen, al Santuario, un relámpago cruzó el espacio iluminando la Ermita. No hubo más defunciones, y a los cuatro días, se cantó el Te Deum porque la epidemia había terminado, para llenarse el Santuario de votos. La causa desconocida o misteriosa, fue sin duda debida a la “Cortijana”, pues sólo Ella, velaba por el pueblo en momentos tan angustiosos.

 

Agradecimiento a D. José Luis Córdoba Murias por su labor de recopilación e investigación.